LA VIRGEN MARÍA DE SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD (3 de 3)

Isabel habla de María como lo hace todo el Carmelo, metiendo a María en su vida; inmersión, amor y confianza en ella, intimidad con ella; y siempre con palabras no genéricas y teóricas sino llenas de afecto. Al hablar de María y preguntarnos hoy cómo colocar la figura de María en la historia de la salvación, queremos saber si Isabel es heredera de una visión peligrosa y superada, una visión jansenista, del papel de María, típica del siglo XIX: una visión en la que Dios aparece como justiciero y terrible y María como madre, entre Dios y nosotros pecadores, para enternecernos el corazón y obtenernos el favor divino. Ella es un eco de tal visión. En su Diario reproduce un sermón escuchado el 22 de marzo de 1899, que es un ejemplo de la predicación típica del tiempo: María lleva la ternura que no tiene Dios, porque Dios, se sobreentiende, no es una madre. Santa Teresita no participó de esta visión. Para ella Dios es más tierno que una madre. “Tenemos a Dios. El hace temblar con su omnipo...