JESÚS EL IDEAL QUE FASCINA
Para
Isabel es el ideal fascinante que le arrastra irresistiblemente. Escribe a su
pequeña Francisquita: “Comprendo que tengas ansiedad de un ideal, es decir,
algo que te haga salir de ti para subir más arriba. Pues ya ves, no hay más que
Uno y es Él, el solo Verdadero. ¡Ah,
sí le conocieras un poco, como tu Sabel!… Él fascina, Él arrebata. Bajo su
mirada el horizonte se hace tan bello, tan vasto, tan luminoso. Ya ves, le amo
apasionadamente y en Él lo tengo todo. A través de Él, bajo su irradiación debo
mirarlo todo, ir a todo. ¿Quieres querida mía, orientarte conmigo hacia este
sublime ideal? Esto no es una ficción, es una realidad, es mi vida en el
Carmelo. Si no mira a la Magdalena. ¿No fue ella cautivada? Ya que tú tienes
necesidad de vivir más allá, vive en Él. Es muy sencillo” (Cta 128: 24.6.1902)
“¡Vivamos,
le dice a la hermana Inés de Jesús María, como Magdalena a través de todo el
día y la noche, en la luz o en las tinieblas, siempre bajo la mirada de la
Inmutable Belleza que quiere fascinarnos, cautivarnos, más aún, deificarnos!”
P. Román Llamas ocd
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