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Mostrando entradas de noviembre, 2021

g) Somos hijos de Dios (8 de 8)

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  Si Dios es nuestro Padre, nosotros somos hijos suyos y lo somos con todas las consecuencias. Porque todo es suyo, todo es nuestro. Les dice a las Marías de Ciudadela : “Para una hija de Dios, para una esposa de Jesucristo hay un palacio, y este es el mundo todo, el material. ¡Qué grandezas en él, que magnificencias! ¡Ah! Todo es nuestro porque lo habéis dejado todo. Mirad a Santa Rosalía, sola en una cueva, sin cama, sin platos, sin más cosas que lo que le ofrece la peña. ¡Qué rica, qué rica, no por ser hija de reyes terrestres, sino hija amada de Dios!” (Cta. 69)  

f) Se ofrece al Padre como víctima (7 de 8)

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Su amor a la Iglesia le lleva no sólo a consultar a Dios en favor de ella, a orar al Padre por ella sino hasta a ofrecerse como víctima sacrificial por ella. En uno de los relatos autobiográficos de Mis Relaciones se retrotrae al año de 1838, en el que se resolvió a morir por la Iglesia, metiéndose en misión de sacerdote entre los dos ejércitos en guerra de carlistas y liberales, en un país asolado por una lucha fratricida. Pensó que allí podía dar la sangre por su Amada la Iglesia y se ofreció como víctima . “Seguro de poder dar allí mi sangre en testimonio de amor para mi Amada, ofreciéndose al Padre por una de las víctimas que su cuchilla justiciera sacrificaba en expiación de nuestros pecados, me presente al altar del sacrificio” (MR 18,814) Y que en este ofrecimiento como víctima tiene, sin duda, presente el ofrecimiento que hizo Jesús a su Padre para la expiación de los pecados y así salvar al mundo, se deduce de lo que el mismo enseña a Juana Gracias en una carta: “Imita a J

e) Dirige oraciones al Padre del cielo (6 de 8)

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  El consultar con Dios es una manera de oración. Es precisamente en la oración donde se consulta con Dios Padre. La oración es un trato de amistad con Dios. Es desde la amistad como se puede consultar con Dios En ocasiones afirma que ora a Dios y que a Dios encomienda a sus hijas e hijos. A Dios encomienda la obra fundacional. “Pido con instancia a Dios bondadoso me descubra los caminos por donde pueda pasar” (Cta. 78) A Juana Gracias le dice que la encomienda mucho a Dios. “Tres han de cooperar en la obra de tu espíritu: Dios, el hombre y tú. Dios no faltará… Pido a Dios luz y él me la dará para ti. Espera con humildad el consejo y Dios no faltará… En estos días te he encomendado mucho a Dios” (Cta. 11). A las hermanas de Lérida les escribe: “Yo os llevo en mi espíritu y todos los días os ofrezco a Dios en el santo sacrificio de la misa” (Cta. 12) Cuando los hermanos se vuelven contra él les dice : “¡Ah, sí vosotros estuvieseis más organizados! No me veríais más, porque Dios

d) Consulta con Dios Padre sus asuntos (5 de 8)

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  Puesto que está convencido que Dios Padre es el que dirige y gobierna los destinos y fines de los hombres, y muchas veces éstos no están nada claros ni se ve por donde pueden venir, es necesario consultar con él para que nos dé luz sobre los mismos, si le place. Es lo que hace el P. Palau tantas veces con su Padre Dios. Le dice a Juana Gracias: “Yo consultaré con Dios, cuidaré de informarme de su voluntad, miraré por qué caminos has de ir y, a tiempos oportunos, te manifestaré lo que has de hacer y lo que has de practicar” (Cta. 11) “En la oración yo cuido de consultar y pedirle continuamente os infunda aquellas virtudes que con vuestras fuerzas no podéis ni sabéis adquirir”, las dice a las hermanas de Lérida (Cta. 12). Refiriéndose al nuevo campo de la predicación que emprende después de su vuelta del destierro de Ibiza, le escribe a Juana gracias: “Me salvaré obedeciendo a Dios, por dura que sea la misión (de predicar) … Cómo y de qué manera he de cumplir mi misión, no lo

c) Dios Padre dirige y gobierna sus pasos. (4 de 8)

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De varias maneras expresa este pensamiento. Así afirma que en el servicio de la Iglesia él está a las órdenes y mandato del Padre celestial : “Hija mía, yo no me pertenezco a mí; pídelo a tu Padre celestial, pues yo estoy a sus órdenes y mandato ” (MR 8, /), le dice a la Iglesia en coloquio con ella en la figura de Sara. El P. Palau sabe y está plenamente convencido de que Dios dirige su vida y la gobierna. Dice en una carta: “No está en nuestras manos el ordenar nuestros pasos. Dios los ha contado todos y estoy ligado a su voluntad, y nunca miraré ni mis interese propios espirituales o corporales, ni los vuestros, sino los de Dios y de su Iglesia, y por lo mismo caminaremos por donde el querrá” (Cta. 18) Y vive desde esta convicción y conciencia, viendo en todo la voluntad del Padre que le gobierna: “Hago lo que no tengo corazón de hacer; pero temo ofender a Dios, que creo me manda estar en esta ciudad (de Barcelona). La esperanza me consuela. Espero que Dios viendo cuán contra

b) Dios Padre solícito y providente (3 de 8)

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Dios es un Padre providente y solícito. Tiene providencia de todo y de todos. Y todo lo dirige y gobierna para bien de los elegidos. También cuando las cosas no salen a nuestra medida, es la providencia quien lo dirige todo: “Puesto que la providencia por sus altos designios te ha dejado sin casa ni tierra, ni dinero, ya que te ofrece este medio, será sin duda para que en este tiempo se continúe labrando en el interior la abnegación perfecta, y cuando sea su voluntad dispondrá otra cosa” (Cta. 37) En este texto y en otros que a continuación vienen sobre la providencia de Dios, los está vivificando divinamente el texto de la Sabiduría: “Pero es tu providencia, oh Padre, la que lo gobierna, porque hasta en el mar abriste camino y un sendero seguro entre las olas, mostrando así que puedes salvar de todo peligro” (Sb 14, 3-4ª). El P. Palau confía plenamente en esta providencia de Dios. “Veo delante de mí un nuevo orden de cosas, y conjeturo que la providencia nos proporcionará y faci

a) Textos en los que llama expresamente a Dios Padre (2 de 8)

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Encontramos el nombre de Padre dado a Dios en esta carta a Juana Gracias: Cuando no encontramos lo que deseamos en la prudencia humana ni en otros medios, “no hay más sino dirigirse a un Padre infinitamente bueno y próvido, pedirle y esperar de él la salvación y muchas veces es Dios quien queda con el encargo de abrirnos camino… Aprendamos en tiempo de necesidad a confiar en Dios, a fiarnos de él, a esperar en su paternal protección, y no temas nos abandone; no desoye a quien lo invoca y le busca de buen corazón” (Cta 46:13.2.1860, 2-3,1100-01). “¡Padre mío! ¡Padre celestial! Vos que habéis dispuesto que esta vuestra hija peregrinante sobre la tierra estuviese enlazada con los vínculos de la caridad con el Hijo del hombre, bendecid esta unión ” (MR Frag III, 3,722-23). En un contexto en que habla de Dios su Padre y Padre de la Iglesia, hay que entender lo de Dios Padre cuando escribe: “Dios escribió con su propio dedo en las tablas de mi corazón esta ley: Amarás con todas tu

DIOS PADRE EN LA VIDA DEL P. PALAU (1 de 8)

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  Para conocer este aspecto de la vida del B. P. Palau, llena de peripecias a olor divino, y su enseñanza sobre Dios Padre nada mejor que acudir a las confesiones de él mismo y de las de los que convivieron con él, sus íntimos. El P. Palau no nos ha dejado propiamente una autobiografía, pero sí que tenemos páginas autobiográficas en sus escritos, especialmente en Mis Relaciones, conjunto de meditaciones en forma de diálogos con la Iglesia, en las que nos ha dejado cinco relatos autobiográficos breves, y en sus Cartas, en las que quieras o no, por su mismo carácter nos deja retazos del alma. Desde estos escritos particularmente sabemos que para el P. Palau, Dios es su Padre en su vida y en su historia, tan azarosa. Aunque no hay muchos textos en los que dé a Dios el título de Padre, refiriéndose a sí mismo, son suficientes y, sobre todo, son muy significativos para entender de Dios Padre muchos otros que hablan de Dios sin más, especialmente aquellos que hablan del Dios providente,

DIOS PADRE EN LA VIDA Y EN LOS ESCRITOS DEL B. PADRE PALAU

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El P. Palau es un hombre de fe, un hombre teologal, formado en la Sagrada Escritura, a la que dedicó muchas horas de meditación y rumia. Este solo hecho es suficiente para poder afirmar que la presencia del Padre tiene que ser abundante y jugosa en su vida y en sus escritos. Y así es realmente. La presencia del Padre Dios salta con frecuencia y salta con fuerza en los momentos de su vida más trascendentales y salta en el correr de sus escritos. A) DIOS PADRE EN LA VIDA DEL P. PALAU B) DIOS PADRE DE LA IGLESIA C) EL PADRE PALAU PADRE DE LA IGLESIA C) EL PADRE CELESTIAL Y LA ORACIÓN   P. Román Llamas, ocd