ALMA DE ORACIÓN (7 de 10)


Va ahondando cada vez más en la vivencia de los Tres en ella. Vive inmersa en la Santa Trinidad. Después de haberse ofrecido a la Santa Trinidad como una presa (NI 15) el 21 de noviembre de 1904, Isabel se sumerge más en el ideal contemplativo, buscando a Dios en el silencio interior y en el olvido de sí misma que ella vive dándose a los demás. Precisamente el silencio es la morada de la Trinidad. Vive en el silencio, le había escrito con anterioridad a Germana, que la Trinidad ha construido dentro de usted una amada soledad. Es toda la Trinidad la que reposa en nosotros (Cta 172:20.8.1903).

En carta a su hermana Guita, hablando de los Tres, dice del Espíritu Santo: “El Espíritu Santo te transforma en una lira misteriosa que en el silencio con su toque divino entonará un magnífico canto de amor” (Cta 269: final de abril. 1906)

Y es en este silencio profundo en el que vive Isabel: “Siento a los Tres cerca de mí. Estoy más abrumada por la felicidad que por el dolor. Mi Maestro me ha recordado que era esta mi morada y no debía escoger mis sufrimientos” (Cta 320: octubre.1906)

Se aplica a sí misma las palabras que escribe a Germana Gemeaux: “Que el Padre te cubra con su sombra y que esa sombra sea como una nube que la envuelva y la separe. Que el Verbo imprima en usted su belleza, para mirarse en su alma como otro Él mismo. Que el Espíritu Santo que es Amor, haga en su corazón una pequeña hoguera que alegre a las Tres Personas con el ardor de sus llamas. Pero no olvide que el amor para ser verdadero tiene que ser sacrificio: Él me ha amado y se ha entregado por mí (Gal 2.20). He ahí el fin del amor” (Cta 278: 10.6.1906; cfr Cta 269 a su hermana con las mismas ideas y expresiones y referencias bíblicas).

P. Román Llamas ocd

Comentarios

Entradas populares de este blog

VISIÓN PANORÁMICA DE LA VIDA Y PERSONA DE ISABEL DE LA TRINIDAD (6 de 6)

Hasta pronto P. Román

María alabanza de gloria (2 de 2)