ESCRITOS DEL PADRE ROMÁN LLAMAS, OCD

Y como el alma ve que este tesoro del amor escondido en Él, es de tanto precio para Él “que su Amado nada precia y de nada se sirve fuera del amor, de aquí es que deseándole servir perfectamente todo lo emplea en amor puro de Dios Y no solo porque Él lo quiere así, sino también porque el amor en que está unida a Él, en todas las cosas y por todas ellas le mueve el amor de Dios. Porque, así como la abeja saca de todas las yerbas la miel que allí hay y no se sirve de ellas sino para esto, así también de todas las cosas que pasan por el alma, con grande facilidad saca ella la dulzura de amor que hay. Que amar a Dios en ellas, ahora sea sabroso, ahora desabrido, estando ella informada y amparada con el amor, como lo está, ni lo siente, ni lo gusta ni lo sabe porque, como habemos dicho, el amor no sabe sino amar, y su gusto en todas las cosas y tratos siempre, como habemos dicho, es deleite de amor de Dios” (CE 27,8). Por eso en la canción siguiente dice: que ya solo en amar es su ejerc

La prueba de que el amor se paga solo con amor la tenemos claramente en la Escritura. En el A. T. podéis leer el capítulo 58 de Isaías en que explica en que consiste el verdadero ayuno. Pero es en el Nuevo donde san Pablo nos explica con toda claridad y esplendor nos dice que solo vale el amor ante Dios. Es en el texto ya conocido, llamado el himno a la caridad, al amor: “Aunque hablen lenguas de hombres y de ángeles si no tienen caridad son como bronce que suena o címbalo que retiñe. Si tuviera el don de profecía y tanta fe que trasladara montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad nada me aprovecha” (1Cor 13,2). La cosa está clarísima. Sin la caridad, sin el amor, nada vale delante de Dios. Lo único que cuenta es el amor. Sin el amor no somos nada ni valemos nada delante de Dios. Ante él lo único que cuenta es el amor. Por eso tan infinito y lleno de ternura de Dios, de Jesús solo lo podemos p

  Entre los retratos que los autores nos han dado del Dios AMOR encuentro maravilloso este de san Juan de la Cruz: “Comunicase Dios en esta interior unión al alma con tantas veras de amor que no hay afición de madre, que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano, ni amistad de amigo que se le compare, porque aun llega a tanto la ternura y verdad de amor con que el inmenso Padre regala y engrandece a esta humilde y amorosa alma ¡oh cosa maravillosa y digna de todo pavor y admiración! Que se sujeta a ella verdaderamente para la engrandecer, como si él fuese su siervo y ella fuese su señor. Y está tan solícito de regalarla, como si él fuese su esclavo y ella fuese su Dios. Porque él en esta comunicación de amor en alguna manera ejercita aquel servicio que dice él en el Evangelio que hará a sus escogidos en el cielo, es a saber, ciñéndose, pasando de uno a otro los servirá (Lc 12,379 Y así aquí empleado en regalar y acariciar al alma como la madre en regalar y servir a su

En la parábola del buen Samaritano (Lc 10,19-37), Jesús, en la persona del buen Samaritano se conmueve ante la situación de cada hombre y de la humanidad entera, tipificada en el hombre que cayó en manos de ladrones y salteadores de caminos que, después de robarle y maltratarlo y dejarle medio muerto, Jesús al pasar y verla, a la humanidad, en esa situación se conmovió en sus entrañas (Lc 10,33), la tomó, la curó y se desvivió por ella. Esta interpretación se funda en el hecho de que el verbo utilizado por san Lucas para expresar esta conmoción, lo utiliza en otros lugares aplicado solamente a Jesús, para darnos a entender que de quien habla en la parábola del buen Samaritano es de él mismo, como Rostro visible del Padre del cielo, Pero las entrañas del corazón de Dios Padre también se conmueven de gozo y alegría. Es el caso de la parábola del hijo pródigo. Después que el hijo menor con su herencia se marchó de casa de su padre y la ha dilapidado viviendo escandalosamente, decide v

  Así amó Dios al mundo que le envió a su Hijo unigénito no para condenar al mundo sino para salvarlo (Jn 3,16). Jesús es el gran Revelador de la paternidad, la bondad, la misericordia, del amor de Dios Padre no solo con sus palabras, sino sobre todo con su vida y sus obras. Jesucristo es el Rostro visible del Padre del cielo: el que ve a Jesús, ve al Padre (Jn14,9), Yo y el Padre somos uno (Jn 10,30). “Jesucristo descubre y revela la altísima dignidad del hombre, revelando el misterio del Padre y su amor (Gaudium et Spes, 22). Pues bien, en Jesús vemos el amor infinito del Padre: No hay mayor amor que dar la vida por los amigos. Y también vemos en él el conmoverse del corazón y las entrañas de Dios Padre ante las miserias humanas: Al ver a las multitudes entre las que abundan los mudos, sordos, ciegos, lisiados, leprosos… y que desde hace días le han seguido y no tienen qué comer, se le conmovieron la entrañas, tuvo compasión de ellos e hizo el milagro de la multiplicación de los

Entre las muchas y bellas manifestaciones que tienen los padres, una de las más encantadoras y tiernas es la conmoción entrañable interior que sienten ante determinados momentos concretos y circunstancias especiales de sus hijos. Sienten que se les conmueven las entrañas cuando tienen que castigarlos o corregirlos, cuando los ven en una necesidad extrema, cuando los sorprenden muy angustiados y tristes, también ante un triunfo o éxito notable sienten una gozosa conmoción.   Conmoverse las entrañas es la expresión con que el Espíritu Santo a través de los autores bíblicos nos revela y manifiesta las reacciones del corazón de Dios Padre ante las situaciones de su pueblo y de sus hijos de la que la conmoción de las entrañas de los padres no son más que un pálido reflejo. Los términos tanto hebreo como griego para expresar esa conmoción significan en su raíz el seno materno. El Dios que ama a sus hijos con amor eterno, les ama también con un amor lleno de ternura, una ternura casi ca

  El profeta Jeremías nos dice a su vez: “ De lejos se me apareció el Señor: con amor eterno te he amado, por eso mantengo todavía misericordia para ti ” (Jer. 31 3). “ Efraím es para mí un hijo muy querido, un hijo que constituye mis delicias ” (Jer 31,20) “ Esta será la alianza que concluiré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: pondré mi ley en su espíritu, la escribiré en su corazón. Entonces yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. No deberán instruirse los unos a los otros, diciendo: reconoced al Señor, porque todos me conocerán desde el más pequeño al más grande, dice el Señor; porque yo perdonaré su iniquidad, ni me acordaré más de sus pecados ” (Jer. 31, 31-34). El capítulo 11 del profeta Oseas es como una especie de evangelio anticipado. Estas son sus palabras. “ Cuando Israel era niño yo le amé y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más les llamabas, más se alejaban de mi: inmolaban víctimas a Baal, quemaban incienso a los ídolos. Yo enseñé a camina

      El amor solo se paga con amor. Dios Padre nos ama infinita y tiernamente y no se cansa de amarnos; es la gran revelación que ya nos ha hecho por medio de sus profetas y que lleva al culmen con la revelación que su Hijo Jesucristo nos hizo de su Padre y Padre nuestro que es solo AMOR. En el Antiguo Testamento encontramos y disfrutamos textos como estos sobre este particular: Cuando el Señor mostró sus espaldas, no su rostro, a Moisés, este exclamó delante de él: “Yahvé, Yahvé, Dios misericordioso y clemente, tardo a la ira y rico en amor y fidelidad, que mantiene su amor por millares, que perdona la iniquidad, la rebeldía y el pecado” (Ex 34,6-7) Por el profeta Isaías nos dice: “¿Acaso olvida una mujer su bebé, sin compadecerse del hijo de sus entrañas?   Pues, aunque esas mujeres llegasen a olvidarlos, yo no te olvidaré jamás; he aquí que en las palmas de mis manos te tengo tatuado” (Is 49,15-16). “Eres precioso a mis ojos, porque eres digno de estima y yo te amo. Daré

  El Concilio Vaticano II recuerda que Cristo efectúo la redención con su obediencia (LG3) –alguien ha escrito que la obediencia es la flor más exquisita del amor-. Se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Fil 2,8). Poniendo el interés notando en la materialidad del sacrificio, cuanto en el espíritu interior, en el amor. Lo de san Agustín de los tres que mueren en la cruz, los dos ladrones y Jesucristo. Materialmente la muerte es idéntica en los tres, pero espiritualmente distinta: Jesucristo que muere con un amor infinito –no hay mayor amor que dar la vida por los amigos- realiza la obra más grandiosa que es la salvación de la humanidad entera; el buen ladrón, al ver la muerte de Cristo, se arrepiente y es llevado por Jesús al paraíso y el mal ladrón, al blasfemar de Cristo, se condena. Me amó y se entregó por mí (Gal 2,20). ¿Cómo lo valoro, lo vivo y lo agradezco? Santa Teresa, hablando de la Humanidad sacratísima de Jesús, concluye: “Siempre que se piense en Cristo, n

  Por la pasión y muerte comienza la más primitiva predicación cristiana: discursos de Pedro… formación de los evangelios. Esto indica que la pasión y muerte, mirando a la Resurrección, son el punto central de toda su vida; de aquí se irradia toda la luz que ilumina su vida entera: Los mismos relatos de la Infancia están escritos a la luz de la Pasión, muerte y Resurrección. Este sacrificio de la muerte en cruz se renueva, no solo se recuerda, se renueva mística pero realmente en el sacrificio del altar: “Cuantas veces se renueva sobre el altar el sacrificio de la cruz, en que nuestra Pascua, Cristo, ha sido inmolado (Cor 5,7), se efectúa la obra de nuestra redención” (LG 3). La Eucaristía es sacrificio, recuerdo, renovación. Lo más grande e importante de este sacrificio es que fue voluntario, obra del amor infinito de Cristo. En esta voluntariedad amorosa pone el acento el evangelio de san Juan: a)          Amando a los suyos los amó hasta el fin (Jn 13,1) b)         Puedo p

  Si hacemos un recorrido por la vida de Jesús, vemos que la cruz está presente en todos los estadios de la misma, comenzando por el anonadamiento de la Encarnación y pobreza de su nacimiento. (Fil 2,6ss) El anciano Simón profetiza que será signo de contradicción para muchos. No tiene donde reclinar la cabeza. Parábola de Buen Pastor (Jn 19,1ss). El cordero de Dios: mansedumbre y sacrificio. Padeció y murió para nuestra salvación. La cruz es donde desemboca toda la trayectoria de la vida de Jesús, punto de mira de convergencia de su vida entera: he venido, oh Padre, para hacer tu voluntad Cuando san Pablo provoca a su Evangelio, este es que Cristo padeció, murió y resucitó (1Cor 15,1-5). No habla para nada de su vida de infancia ni de su vida pública.   P. Román Llamas ocd

San Juan de la Cruz, recogiendo toda esta enseñanza, lo dijo así de dura y descaradamente: “Cuanto a lo segundo cierto está que al punto de la muerte quedó también aniquilada en el alma sin consuelo y alivio alguno, dejándole el Padre así, en íntima sequedad la parte inferior. Por lo que fue necesitado a exclamar, diciendo: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? (Mt 27,46). Lo cual fue el mayor desamparo sensitivamente que había tenido en su vida. Y así en él hizo la mayor obra que en toda su vida con milagros y obras había hecho, ni en la tierra ni en el cielo, que fue reconciliar y unir al género humano por gracia con Dios. Y este fue, como digo, el tiempo que este Señor estuvo más aniquilado en todo; conviene a saber: acerca de la reputación de los hombres, porque, como le veían morir, antes hacían burla de él que le estimaban en algo; y acerca de la naturaleza, pues en ella se aniquilaba muriendo; y acerca del amparo y consuelo espiritual del Padre, pues en aquel tiempo

    Nos comunica su vida divina por su Iglesia, sacramento universal de salvación (LG   7-8). Por medio de su liturgia en la que se renueva mística pero realmente su vida y especialmente su pasión, muerte en cruz y su Resurrección. Por la predicación de su Palabra, que es él mismo, que es Espíritu y Vida. Por medio de su Espíritu Santo que mora e inhabita en nosotros, fruto de su glorificación y es el principio de toda vida sobrenatural. Con sus inspiraciones nos está comunicando vida. Y esta vida divina es fruto de su sacrificio, de su pasión y de su muerte en cruz. San Pablo incide muchas veces en este aspecto. “Con su muerte el Hijo nos ha obtenido la redención y el perdón de los pecados, en virtud de su riqueza de gracia que Dios derramó abundantemente sobre nosotros en un alarde de sabiduría y prudencia” (Ef 1,7-8). “Por tu sangre, Oh Cristo, hemos recibido la redención y el perdón de los pecados…Dios tuvo a bien… por medio de él reconciliar consigo a todas las cosas, tant

    Cristo nos comunica su vida divina por sus sacramentos, que nacieron de su costado herido (Jn 19,34): la Eucaristía y el Bautismo. Este nos configura con Cristo (Rom 6,1-119, nos comunica el espíritu de hijos de Dios (Rom 8,15), nos convierte en adoradores en espíritu y en verdad (Jn 4,23), derrama en nosotros la caridad (Rom 5,5: (Ver Cosnt. SC n. 10) La Eucaristía nos transforma en Cristo, el espíritu se llena de gracia… “Si cuando andaba en el mundo de solo tocar sus ropas sanaba a los enfermos ¿Qué hay que dudar que hará milagros estando dentro de mí, si tenemos fe, y nos dará lo que le pidiéremos, pues está en nuestra casa?” (CP 14,8). En líneas anteriores se refiere a que fue medicina en males corporales.   Si hacemos un recorrido por la vida de Jesús vemos que la cruz está presente en todos los estadios de la misma, comenzando por el anonadamiento de la Encarnación y pobreza de su nacimiento.   P. Román Llamas ocd  

    Santa Teresa de Jesús es una de las personas que más abundantemente han experimentado esta vida divina que mana de la humanidad sacratísima de de Jesús, “que en veros cabe mí he visto todos los bienes. No me ha venido trabajo que en mirándoos a Vos, cual estuvisteis delante de los jueces que no se me haga bueno de sufrir…, es ayuda y es esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero. Y veo claro que para contentar a Dios y nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta Humanidad sacratísima, en quien dijo su Majestad se deleita (Mt 3,17) … Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos lo bienes. Él lo enseñará. Mirando su vida es el mejor dechado. ¿Qué más queremos de un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y trajere siempre cabe sí” (V 22,6-7) P. Román Llamas ocd    

    Sí, Cristo lo es todo. Es el Camino, la Verdad y la Vida. He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 10,10)   Vino a traernos la vida eterna que es él mismo… Todos los hombres son llamados a esta unión con Cristo de quien procedemos, por quien vivimos, y a quien caminamos. Cristo Vida nuestra, porque nos consiguió la gracia de su Padre. Solo él podía hacerlo y lograrlo. Estábamos muertos por el pecado… “Sabed que no habéis sido rescatados de la conducta idolátrica, heredada de vuestros mayores, con bienes caducos, el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, cordero sin mancha y sin tacha (1Ped. 1,18.19) Y nos comunica esta vida divina por su sacratísima Humanidad, marcada con las señales gloriosas de su pasión. Su humanidad en la vida terrena era fuente inagotable de vida corporal-espiritual. Salía de él, brotaba a borbotones una fuerza curativa: Virtus de illo exibat (Mc 5,25). ¡Cuantos miles de enfermos curó durante los tres años de vida p

    Jesús es todo para mí y debe serlo en la práctica. Nada se puede pensar más vivificador y dulce que Él. Desabrido me es todo manjar del alma que no se condimenta con este óleo, insípido si no se sazona con esta sal. Si escribes no me sabe bien si no leo el nombre de Jesús; si disputas o hablas no encuentro gusto si no suena el nombre de Jesús. Claro que solo el que lo ha gustado puede comprender la dulzura de este nombre, los demás no pueden llegar ni a sospecharlo (San Bernado, In . Cant. Sermón 15, PL 183,847). Jesucristo, como dice Tertuliano, es “solutio omnium dificultatum Christus” Cristo es la solución de todas las dificultades. Si lo creemos así diremos y viviremos con san Pablo: “No me precio de saber otra cosa que a Cristo y a Cristo crucificado” (1Cor 2,2) y “Todo lo tengo por detrimento y por basura en comparación del sublime conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (Fil 3, 8).   P. Román Llamas ocd  

  Me amó y se entregó por mi (Gal 2,20)   Si Cristo es como una mina inagotable de bienes y de tesoros, de gracia y amor, porque es como una abundante mina con muchos senos de tesoros, que por más que ahonden, nunca les hallan ni fin ni término, antes van hallando en cada seno nuevas venas de nuevas riquezas acá y allá, que por eso dijo san Pablo del mismo Cristo: En Cristo moran todos los tesoros y sabiduría escondidos (Col 2,3: CE 37,4) Una de esas vetas riquísimas es, el ser Vida por el amor-dolor La norma de toda vida consagrada es el seguimiento de Jesucristo, tal como nos lo propone el Evangelio (PCH 2). Jesucristo es el todo de mi vida, es mi Vida. Lo único que me interesa para vivir es el conocerle y amarle desde dentro radicalmente. Dios Padre me ha predestinado desde la eternidad para ser en todo conforme con la imagen de su Hijo Jesucristo (Rom 8,29). En ningún otro tengo la salvación y la vida. No hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres que el nombre d