e) Dirige oraciones al Padre del cielo (6 de 8)

 


El consultar con Dios es una manera de oración. Es precisamente en la oración donde se consulta con Dios Padre. La oración es un trato de amistad con Dios. Es desde la amistad como se puede consultar con Dios

En ocasiones afirma que ora a Dios y que a Dios encomienda a sus hijas e hijos. A Dios encomienda la obra fundacional. “Pido con instancia a Dios bondadoso me descubra los caminos por donde pueda pasar” (Cta. 78)

A Juana Gracias le dice que la encomienda mucho a Dios. “Tres han de cooperar en la obra de tu espíritu: Dios, el hombre y tú. Dios no faltará… Pido a Dios luz y él me la dará para ti. Espera con humildad el consejo y Dios no faltará… En estos días te he encomendado mucho a Dios” (Cta. 11). A las hermanas de Lérida les escribe: “Yo os llevo en mi espíritu y todos los días os ofrezco a Dios en el santo sacrificio de la misa” (Cta. 12)

Cuando los hermanos se vuelven contra él les dice: “¡Ah, sí vosotros estuvieseis más organizados! No me veríais más, porque Dios oiría la súplica que le hago de dejarme morir solo, sin más testigos que sus ángeles, enterrado en esta cueva (del Vedrá)” (Cta. 117).

Y es que la oración es la dama que puede y vence al Padre del cielo. “María es la que inclina con su amor, ata, liga y encadena con su oración a Dios y lo vuelve propicio y favorable, le desarma, le aplaca, ella gobierna el mundo, venciendo a Dios con su amor, ella se enseñorea de Dios y con Dios ella dispone de los destinos del mundo” (Cta 73).

En calidad de hijo de Dios dirige a su Padre oraciones como ésta. Está en el Vedrá, 13 de mayo de 1865. Al subir a la cima del monte se abre una teofanía en la que se oye la voz del Padre que dice, ésta es tu Hija y mi Hija muy amada. “Entonces, poniéndome la estola, pedí al Padre y dije: “Padre, eterno Dios, ¿hasta cuándo vuestra hija, la Iglesia romana, gemirá bajo la pena que le causa ese hombre malo que todo lo intenta dominar, que ha entrado en vuestro santuario, insulta a tu Hija, la aflige creyéndola sola y abandonada? Lanzad, Padre celestial, lanzad cuanto antes a ese hijo del diablo de en medio de vuestra casa y salvad a vuestra hija de sus seducciones; abreviad estos días amargos de perdición y de ruina y dad gloria a vuestro santo nombre” (MR 40,825)

Al pensar en la guerra que Satanás hace a la Iglesia, le brota del corazón de padre para con ella esta oración “¿De qué sirvo yo? (ante los ataques de Satán y de los lobos rapaces que destruyen todo el bien que puede hacer él). ¡Ah! ¡Padre celestial, salva a tu Hija de tantos males que le aquejan! Venga y no tarde, enviad pronto a su auxilio al que las tenéis prometido para restaurar sus ruinas; humillad, Padre celestial, humillad el orgullo de Satanás, encadenad a este príncipe rebelde; enviad a esta vuestra hija afligida el auxilio que le tenéis prometido; oíd sus clamores y súplicas; no la abandonéis ni a ella ni a este padre ni a cuantos la aman sobre la tierra” (MR 30 y cfr 49)

El día 13 de junio dirige una oración al Padre, la única que intitula con esta fórmula en mis Relaciones.

“Oración al Padre”

Padre celestial, vos me habéis dado por Esposa a vuestra Hija y me habéis mandado amarla de todo mi corazón: “Amarás a tu Dios y a tus prójimos por Dios como a ti mismo” (Mt 12,31). Dios y los prójimos constituyen un cuerpo moral que es vuestra Iglesia. La Iglesia es mi amada, yo soy su esclavo, porque el amor es una cadena que cautiva a los amadores; en cumplimiento de vuestro mandato yo soy esclavo de vuestra Iglesia; a la vez ella es esclava mía amándome a mí: Dadme, Padre mío, poned un signo que representa nuestra esclavitud”.

P. Román Llamas, ocd

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