Solo el amor 6 de 6

Ante la propuesta de un casamiento que le ofrece su madre, un partido magnífico que no volverá a encontrar jamás, son admirables las palabras que pone en boca de Jesús, que no le abandone, que no le deje, que está tan abandonado… aunque le ofrece un camino de sufrimientos y trabajos y la respuesta de Isabel, cuyo corazón no es libre pues se lo dio al Rey de los Reyes y no puede disponer de él: “Sí, amor mío. Vida mía, Esposo amado a quien adoro, estate tranquilo. Estoy dispuesta a seguirte por ese camino de sacrificios” (D 124: 31.3.1899) “Te devolveré amor por amor, sangre por sangre, has muerto por mí, pues bien, yo moriré cada día a mí misma, cada día soportaré nuevos sufrimientos y un nuevo martirio. Y esto por ti, a quien tanto amo” (D 126: 31.3.1899) Ve su vocación al Carmelo como una prueba del inmenso amor de Jesús a ella. Pone en boca de Jesús: “No puedo darte una prueba mayor de mi amor, me ha dicho. Esta vocación está reservada a las almas más amadas de mi corazón” Y y...