PENSAMIENTO DE SANTA TERESITA SOBRE LA VIRGEN


Santa Teresita nace, vive y muere en la tercera parte del siglo XIX, un siglo eminentemente mariano, particularmente en el último tercio del mismo. Se da en él una recuperación renovada, una restauración y vuelta a la piedad mariana a escala eclesial, impulsada por el magisterio de los Papas, como Pio IX con la definición del dogma de la Inmaculada Concepción (l854) y con León XIII con sus encíclicas marianas.

 

En Francia, concretamente, tenemos el empuje mariano de las apariciones de la Virgen a Santa Catalina Labouré (1830), en la Salette (1846) y en Lourdes a Bernardita (1858) y otras. Santa Teresita las reconoce y recuerda como tres visitas de gracia de la Virgen María, descendiendo de su trono, para salvar a Francia (RP 3,25r). San Luis María Grignon de Montfort publica su tratado de la Verdadera devoción a la Virgen María en1843, y que en 1851 tiene ya tres ediciones. Sabemos que se leía y tenía en gran estima este libro en el convento de Lisieux.

 

Se celebran novenas, triduos y otros actos de devoción a María, se establece el rezo diario del rosario a la virgen María, surgen nuevas fiestas, se predica abundantemente de la Virgen y se crean asociaciones marianas.

 

Sabemos que la devoción y amor a la Virgen María es grande y vivo en la familia Martín-Guerín -una tía de Teresita fue curada milagrosamente en la Salette- y que penetró muy hondo y fervoroso en el corazón de Teresita desde sus primeros años.

 

P. Román Llamas ocd

 


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