LAUDEM GLORIAE (10 DE 19)
El
mismo San Pablo en el contexto inmediato del que ella tomó esta expresión como
nombre propio suyo escribe que Dios nos ha elegido, siempre en Cristo, antes de
la creación del mundo para que seamos santos e inmaculados, irreprochables ante
Él por el amor (Ef 1,4) que es lo mismo que decir que nos ha creado para que
seamos la alabanza de la gloria, ya que solo amando damos a Dios gloria y la
manifestamos. Es la misma Isabel la que ha visto esta correlación. “Las
riquezas inmensas que Dios tiene por naturaleza podemos tenerlas nosotras por
la virtud de la caridad, por su inhabitación en nosotros, por nuestra morada en
Él. Es también en virtud de este amor inmenso por lo que nos sentimos atraídos
al fondo del santuario íntimo adonde Dios imprime en nosotros una especie de reflejo
de su Majestad. Es, pues, gracias al amor y por el amor, como dice el Apóstol
como podemos ser santos e inmaculados en la presencia de Dios" (Ef 1,4.) (CF
23.p.108)
P. Román Llamas, ocd
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