Isabel de la Trinidad (1 DE 4)





Isabel de la Trinidad, fiel hija y discípula aventajada de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, abunda en la misma enseñanza y camina por el camino de la voluntad de Dios. Hacer la voluntad de Dios Padre, de Jesús, como la única aspiración, el único deseo de su alma es una actitud que aflora constantemente a su pluma, como expresión de su plena y amorosa acogida y aceptación de la misma. Más que enseñanza doctrinal a este respecto Isabel nos da una enseñanza vital y viva. Ella habla de su experiencia desde el Espíritu de esta realidad y de vez en cuando inserta una llamada a los que quieren vivirla de verdad. Su único deseo, su única aspiración, su única ambición, su único sueño, su único empeño es hacer la voluntad de su Padre del cielo. Tiene hambre de hacer la voluntad de Dios o de Jesús.

En carta a su amiga María Luisa Mouret, recordándola que todavía le falta un año para entrar en el Carmelo y pensando lo dura que será la separación de su madre y de su hermana Guita le escribe: “¡Ah!, ¡qué dura será la separación! Pero es el divino Maestro quien lo quiere así. Él sabrá arreglarlo todo” (Cta 25: 29-30. 11.1899)

“Es Él el que obra, el que es Todo, -le dice al canónigo Angles- Entonces me entrego y me abandono a este divino Esposo. Estoy muy tranquila, sé a quién me confío (2Tim 1,12). Él es omnipotente. Que disponga todas las cosas según su voluntad. No quiero más que lo que Él quiere, no deseo más que lo que Él desea” (Cta 38: 1.12.1900)

Por las mismas fechas escribe en su Diario: “Me he entregado muy de veras al buen Maestro, me he abandonado a Él. Le he abandonado también mi deseo más acariciado (su deseo de entrar en el Carmelo). No quiero más que lo que Él quiere. Soy su víctima. Que haga de mí lo que quiera. Que me reciba a la hora que Él quiera; estoy dispuesta, espero. ¡Oh, Maestro!, os ofrezco el sufrimiento (de tener que volver a la vida ordinaria). Estoy dispuesta a todo lo que queráis, a seguiros donde os parezca bien ¡Ah! No os fijo el momento. Tomadme cuando queráis. Me abandono a Vos. ¡Es tan bueno, tan dulce! (D151: 27.1.1900; cfr D 143: 25.1.1900)

P. Román Llamas ocd

 

 

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        Algunos aspectos de este hacer la voluntad del Padre: Jesús, ideal del hacer la voluntad de Dios Padre       

        Hacer la voluntad del Padre es moverse por amor 

        Hacerla siempre y en todo  

        Hacer la voluntad de Dios es glorificarle

        Hacer la voluntad de Dios es seguir los caminos de Dios.

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