LAUDEM GLORIAE (12 DE 19)
Y
responde. “En el cielo cada alma es una alabanza de gloria del Padre, del Verbo
y del Espíritu Santo, porque cada alma está establecida en el puro amor y “no
vive más de su propia vida, sino de la vida de Dios”. Entonces en ella le
conoce, dice San Pablo, como ella es conocida de Él (1Cor 13,12), en otras
palabras: “su entendimiento es el entendimiento de Dios, su voluntad la
voluntad de Dios, su amor el amor de Dios. Es, en realidad, el Espíritu de amor
y de fortaleza el que transforma el alma, que habiendo dado para suplir lo que
le falta, como dice San Pablo, obra en ella esta gloriosa transformación” (cfr
CE 38,3). Para Isabel el amor propio del matrimonio espiritual es en esta
tierra, tal como lo presenta San Juan de la Cruz es el ideal de una perfecta
alabanza de gloria. “Esto es lo que yo llamo una perfecta alabanza de gloria”
(CF 41-42, p.118)
P. Román Llamas, ocd
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