LAUDEM GLORIAE (5 DE 19)
Urs
von Baltasar da esta explicación de esta realidad. Viene a decir que todo
estaba ya preparado en el alma de Isabel desde su entrada y su vivencia en el
Carmelo donde se encontró con la Biblia y especialmente con San Pablo. Lo
relativo al hombre nuevo y lo que representa, crea de nuevo todos los valores o
les da una mayor consistencia. No se limita a los textos del principio de la
carta a los efesios. “Él nos eligió en Él antes de la fundación del mundo para
ser santos e irreprochables ante Él por el amor, eligiéndonos de antemano para
ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su
voluntad, para la alabanza de la gloria de su gracia. Con las que nos agració
en el Amado… A Él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano, según
el previo designio de quien lo realiza todo conforme a la decisión de su
voluntad, para ser nosotros alabanza de su gloria. …En Él también vosotros… fuisteis sellados
con el Espíritu Santo de la promesa que es prenda de nuestra herencia, para
redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria” (Ef
1,4-6.11-14). Estas son las palabras que marcan su destino. Pero no tardó en
descubrir un equivalente en el mismo apóstol en la carta a los Romanos: A los
que conoció…glorificó (Rom 8,29). Estos dos textos son intercambiables, son el
reflejo el uno del otro, constituyendo hasta su muerte el armazón de su vida
espiritual.
P. Román Llamas, ocd
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