VISIÓN PANORÁMICA DE LA VIDA Y PERSONA DE ISABEL DE LA TRINIDAD (6 de 6)

 

En junio de 1899 su madre le permite de nuevo reanudar sus visitas al Carmelo, interrumpidas durante tanto tiempo. Esto la esponjó el alma y en el Carmelo encuentra el camino para desarrollar en alegría su vida de amor e intimidad con Jesús al contacto con las religiosas, especialmente con la Madre Priora.


Las religiosas veían el entusiasmo con que limpiaba el polvo de las rejas del coro, la alegría de su semblante durante el rato que pasaba a la sombra del convento. Para ella era un suplicio las vacaciones que le privaban de poder mirar los muros del convento y acercarse a sus puertas donde encontraba sus delicias.


Recordando, ya religiosa, la contemplación de paisajes maravillosos de Suiza y la contemplación del mar inmenso, dice que en el claustro encuentra todos esos horizontes maravillosos de Dios.


El 23 de enero de 1900, al acabar sus últimos ejercicios espirituales agradece al Señor todo lo mucho que le ha dado y le pide que pase haciendo el bien el tiempo que le queda en el mundo –un año- y que talle en ella la imagen de la carmelita, porque, aunque en realidad no puede serlo todavía, en mi interior al menos puedo y quiero serlo (R p.133)

 

P. Román Llamas ocd

 

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